Al observar un gran grupo de ranas de lomo dorado (Hylarana intermedia) en un estanque localizado al borde de una carretera de Karnataka, en la India, un grupo de científicos notó algo extraño en uno de los ejemplares: un hongo que estaba brotando sobre su cuerpo.
Como era de esperarse, esta situación dejó desconcertados a los expertos, pues nunca antes se había documentado la forma en que una rana, aparentemente sana, desarrolló un hongo.
“Cuando observé por primera vez la rana con el hongo, quedé asombrada e intrigada por el avistamiento. Esperamos que esto sólo se trate de un incidente raro y no un fenómeno peligroso para el anfibio”, comentó Lohit Y T, especialista en ríos y humedales para el Fondo Mundial para la Naturaleza India.
“Durante la documentación, mis compañeros y yo apreciamos cómo el animal se movió desde el centro de la rama en la que estaba sentado hasta la punta, girando y cambiando de posición. Lo sorprendente es que el hongo permaneció firme en su lugar”, agregó.
Tras el fascinante pero inesperado encuentro, los micólogos, a través de las imágenes tomadas al espécimen, lograron identificar el hongo. Se trata de un organismo perteneciente al género Mycena, tipo que suele crecer en la madera podrida de árboles muertos.
“Los hongos son organismos dinámicos que se adaptan a los cambios en su entorno y, al exponerse a nuevos huéspedes potenciales en diferentes entornos o climas, pueden crecer en lugares que antes no esperábamos”, se lee en un artículo publicado en la revista Reptiles and Amphibians.
“Las infecciones por hongos en las ranas resultan muy comunes, pero si el hongo creciera extensamente en la piel o se enterrara dentro del cuerpo del animal, el anfibio podría desarrollar signos de una enfermedad fúngica”, alertó.