En semanas recientes, investigadores de la Universidad de Purdue y la Universidad de California realizaron estudios respecto del llamado diabólico escarabajo acorazado (Phloeodes diabulicus), con el propósito de comprender los secretos acerca de su impresionante fuerza.
“Si tomas cualquier escarabajo y quieres aplastarlo con tu dedo, probablemente puedas matarlo. Sin embargo, no pasará lo mismo con el diabólico escarabajo acorazado”, explicó el profesor de ingeniería civil de Purdue, Pablo Zavattieri.
Y es que de acuerdo con los resultados de las investigaciones, este escarabajo demostró ser tan fuerte que ni siquiera el neumático de un automóvil fue suficiente para aplastarlo.
Utilizando microscopía avanzada, espectroscopia y pruebas mecánicas, los investigadores pudieron identificar los diseños arquitectónicos dentro del exoesqueleto del insecto, descubriendo que la gran resistencia del diabólico escarabajo acorazado se debe principalmente a su armadura. El insecto en cuestión posee dos “elytron” en forma de armadura, los cuales se unen en una línea llamada sutura, que corre por todo su abdomen. Gracias a estas dos características, el escarabajo puede distribuir la fuerza aplicada de manera uniforme por todo su cuerpo.
Por si fuera poco, los investigadores también revelaron que el diabólico escarabajo acorazado podría ayudar a resolver algunos problemas relacionados con la ingeniería. Utilizando placas de acero, el equipo de expertos descubrió que esta criatura es capaz de recibir una fuerza aplicada de 150 newtons (equivalentes a unas 39 mil veces su peso corporal) antes de que su exoesqueleto comience a fracturarse.
Con base en ello, el equipo espera que al comprender mejor cómo este escarabajo soporta tal fuerza, puedan desarrollar materiales más resistentes en un futuro no tan lejano.
“Tenemos los materiales, pero uno de los problemas de la ingeniería es saber cómo conectarlos. Podemos usar estas suturas (tal y como lo hace el cuerpo escarabajo) para mejorar su dureza. Sin duda, este es un gran ejemplo de cómo la naturaleza utiliza este tipo de conexiones”, finalizó Zavattieri.