Los tiburones blancos y los tiburones ballenas corren el mayor riesgo de desaparecer entre los habitantes del mundo marino, el cual, tras su pérdida, sería privado de sus importantes funciones como depredadores ápices y alimentadores de filtro.
Un nuevo estudio publicado en la revista Science Advances estima que en los próximos 100 años la especie sufrirá una pérdida desproporcionada de riqueza funcional, lo que significará peores consecuencias para las cadenas alimentarias del océano de lo que se creía.
Según uno de los escenarios expuestos por la investigación, tanto los peces óseos como los tiburones perderán un 19% de su diversidad de especies, lo que supondrá la pérdida del 44% de la riqueza funcional de los tiburones.
Otro escenario vaticina la extinción del 62% de todas las especies de tiburones.
Pimiento y Griffin comentaron que ya sabían que los tiburones son uno de los grupos más amenazados del océano, sobre todo dado su gran tamaño y baja tasa de reproducción, y señalaron que sus resultados muestran que la extinción borrará de la faz de la tierra las especies “más únicas desde el punto de vista funcional”.
Los autores del estudio recuerdan que un tercio de los representantes de la megafauna marina —los habitantes más grandes de los océanos que desempeñan papeles clave en el funcionamiento del ecosistema— corren riesgos de extinguirse.