El nombre científico del chorlito nevado es Charadrius nivosus, vive en el continente Americano y se distribuye desde Canadá hasta Sudamérica. A pesar de su amplia distribución, es una de las aves playeras menos abundantes y más amenazadas. Su población se estima en 25,000 individuos maduros a nivel mundial y va disminuyendo acorde con la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Sin embargo, existen esfuerzos importantes para su conservación in situ, uno de estos se centra en la laguna de Atotonilco, en Jalisco.
Características físicas y hábitat
Los chorlitos nevados son pequeñas aves playeras migratorias, miden aproximadamente 15 centímetros, y la mayoría de su plumaje es blanco como la nieve. El color de sus alas y cabeza es castaño, presentan un collar de color negro que casi cierra sobre su cuello, tiene cejas y frente negras. Las hembras y aves jóvenes tienen colores más pálidos que los machos.
Viven en América y se pueden encontrar en las playas de los océanos, principalmente en el Pacífico, también en las orillas de cuerpos de agua continentales con aguas poco profundas. Regularmente se les ve corriendo entre el límite del agua y la tierra, alimentándose, o simplemente bañándose.
En México los encontramos de norte a sur, teniendo colonias reproductivas en diferentes puntos. La Laguna de Atotonilco en Jalisco es un sitio importante para su reproducción, se encuentra aproximadamente a 40 kilómetros de la ciudad de Guadalajara.
Amenazas del chorlito nevado
Su amplia distribución no es suficiente para mantener sus poblaciones estables. En la Laguna de Atotonilco y otros sitios en México, los regímenes de agua se han visto afectados por el calentamiento global. Aunado a esto, las siguientes acciones ponen en riesgo su hábitat:
- La ganadería sin orden pone en riesgo al chorlito, ya que los nidos pueden ser pisados.
- La presencia de vehículos motorizados, como racers, en zonas de anidación.
- Areneros en sitios de anidación.
- Pisar los nidos ahuyentan a los padres.
Cabe mencionar que, el chorlito nevado es muy sensible al estrés, la simple presencia de una persona, perro, vaca, carro, etc. en un rango menor de 100 metros de un nido puede causar su abandono.
Aunque para proteger al nido, la madre o el padre se alejan y fingen estar heridos para ser considerados presa fácil, si la amenaza no cede, dejan el nido y los huevos se pierden. Sin embargo, la principal amenaza es la pérdida y disturbio de su hábitat. Esto puede ser desde la pérdida regular de cobertura de agua hasta el disturbio de los sitios de anidación por actividades humanas descontroladas.
El agua es un factor clave para su supervivencia, al nacer los pollitos lo primero que hacen es ir con su madre o padre a alimentarse, sin agua y sin alimento cerca, los pollitos pueden morir de hambre o pueden ser abandonados.
Esfuerzos de conservación
Desde Canadá hasta Argentina, la sociedad civil y los gobiernos realizan esfuerzos de conservación de muchos de los sitios de anidación, en la mayoría de las ocasiones articulados. En la Laguna de Atotonilco la ONG Eco Kaban ha monitoreado la colonia reproductiva de chorlitos nevados por varios años. Los esfuerzos se centran en el monitoreo de la población y de los nidos, registrando números de individuos, fechas de puesta de huevos, tamaño de nidada, éxito de la eclosión, y anillamiento de adultos y recién nacidos, entre otras cosas.
Internacionalmente, se mantiene un programa de anillamiento de chorlitos en los sitios dentro de la red de monitoreo del chorlito nevado. Esto es muy importante, ya que el marcaje de los individuos permite saber dónde y cuándo fueron anillados o cuánto han vivido, y facilita su avistamiento e identificación en otros sitios. Utilizan códigos de anillos de colores y un anillo metálico con un código único e irrepetible que los identifica.
Cuidar del chorlito o de su hábitat no es tarea exclusiva de ONG´S, universidades o del gobierno. Ahora que sabes un poco sobre la especie y de su importancia, no queda más que realizar pequeñas acciones como cuidar el agua, evitar molestar a las aves, o si vas a las playas o lagunas, realizar actividades sólo en zonas permitidas para la presencia de personas, y fijarte muy bien si a dónde vas hay presencia de esta carismática especie o sus nidos. La suma de nuestras pequeñas acciones puede generar grandes cambios.