Basados en el análisis detallado del contenido del estómago de los tiburones, estos depredadores del ápice pasan mucho más tiempo del que pensábamos alimentándose en el fondo del lecho marino, en lugar de deslizarse por debajo de la superficie del agua buscando presas.
Los científicos observaron las comidas digeridas de 40 grandes blancos juveniles (Carcharodon carcharias) y descubrieron muchas especies de peces conocidas por residir en el fondo del mar o pasar el tiempo enterrados en la arena de las profundidades.
El análisis de la dieta no sólo brinda a los investigadores mayor información sobre la alimentación de los tiburones blancos, sino que también abre una ventana hacia los hábitos migratorios de estas criaturas: dónde comen y por qué podrían tener que moverse.
En promedio, las dietas de los tiburones consistieron en 32% de peces de natación en el medio del océano (como el salmón australiano), 17.4% de peces que viven en el fondo (como el stargazer común), 14.9% de peces batoides que acechan en el fondo del mar (como rayas) y 5% de peces de arrecife (como los tenderos del este). El resto del contenido en sus estómagos estuvo conformado por grupos de peces no identificados o menos abundantes.
Según los investigadores, también forman parte de la dieta de los jóvenes tiburones blancos los mamíferos marinos, otros tiburones, calamares y sepias.
Finalmente, los investigadores realizarán más estudios para analizar la composición nutricional exacta de la dieta del tiburón blanco, para obtener una mejor comprensión de la relación entre su fisiología, comportamiento y ecología.