¿Tradición centenaria o ecocidio? Año con año, la caza de delfines y ballenas en las costas de taiji, al sur de Japón, tiñe el mar de rojo.
Taiji es un puerto ubicado al sur de Japón. Tradicionalmente, desde hace siglos, la población se abastece y sostiene económicamente gracias a la pesca. Sin embargo, esta relación íntima que tienen los pescadores con el mar les ha permitido conocer de cerca a las otras especies que habitan bajo las olas de este lugar.
Cada año, los pobladores “celebran” una cacería masiva, la cual da inicio en el mes de septiembre. Para esta ocasión, se estima que la caza de delfines y ballenas terminará hasta marzo del siguiente año.
El desafortunado evento está organizado por la Asociación de Pescadores de Isana. Para la edición 2021, tienen una “cuota de captura” de mil 489 delfines de nueve diferentes especies que el gobierno nipón ha permitido matar o capturar durante esta temporada. Según los registros, entre las especies más afectadas se encuentran los delfines nariz de botella, delfines rayados, delfines de Risso y las ballenas con cabeza de melón.
Cabe señalar que no todos los delfines pierden la vida. Por el contrario, algunos que se mantienen vivos son introducidos en el mercado negro para ser vendidos a parques marinos o al mejor postor; especialmente en Japón y China.
A pesar de que la práctica ha sido denunciada a nivel internacional desde 2009 gracias a múltiples organizaciones como Dolphin Project y Life Investigation Agency, desafortunadamente el gobierno local sigue apoyándola sin miramientos.