La pasean con una correa. Duermen en una cama, se entretienen con una pelota y tienen un juguete de peluche. Esta mascota no es un perro o un gato o un conejo o un hámster. Es una nutria de garras pequeñas, una especie asiática que en su hábitat natural caza peces y crustáceos, y se divierte en arroyos y manglares.
Su nombre es Sakura, vive en Japón, y su aparición en YouTube y Twitter ha causado sensación en las redes sociales.
Las nutrias de garras pequeñas (Amblonyx cinerea) y, en menor medida, las otras tres especies de nutrias que se encuentran en el Sudeste Asiático: la nutria euroasiática (Lutra lutra), la nutria de pelaje liso (Lutrogale perspicillata) y la nutria de nariz peluda (Lutra sumatrana), se han convertido en las nuevas víctimas del comercio regional de mascotas. Los investigadores creen que las están robando en Indonesia, Tailandia y otros países del sudeste asiático para venderlas como mascotas allí y en Japón.
"Lamentablemente, este animal tiene fanáticos porque es adorable”, sostiene Kanitha Krishnasamy, directora de la sede del Sudeste Asiático de la organización sin fines de lucro Traffic, la principal organización para controlar el comercio de animales silvestres a nivel mundial. "Estos animales son muy, muy populares".
Las nutrias que se encuentran en el Sudeste Asiático son inteligentes y atractivas, tienen cuerpos pequeños y delgados, piernas regordetas y carita de bebé. La gente paga miles de dólares para tener una de estas criaturas.
Según un informe reciente de Traffic, un grupo de investigadores indicó que unas 700 nutrias se ofertaron por Facebook entre enero y mediados de mayo de 2018, en cinco países del sudeste asiático. La mayoría de los vendedores ofrecían ejemplares jóvenes de nutrias de garras pequeñas, que son mucho más chicas que las nutrias de garras más largas (pesan 4,5 kilogramos más que las primeras).