Desde su descubrimiento, la rata topo africana (Fukomys anselli) ha sido considerada por muchos como un animal muy peculiar debido a su aspecto, que dista mucho de la elegancia, como sí ocurre con las gacelas, águilas o guepardos.
No obstante, y por extraño y antiestético que parezca a primera vista, el aspecto de estos roedores subterráneos de ojos diminutos, hocico rosáceo y dientes desproporcionados no es fruto del azar.
Pero la particularidad que más llama la atención de los científicos que se dedican a estudiar a la rata topo africana es, sin duda, su capacidad de orientarse a partir del influjo de los campos magnéticos de la tierra.
A pesar de que esto suene sorprendente, dicha capacidad, conocida como magnetorrecepción, también la poseen otros animales como las aves, tortugas o abejas; sin embargo, la rata topo africana puede presumir en ser el primer mamífero en haber desarrollado esta asombrosa característica.
Una reciente investigación encabezada por la doctora Sabina Begall, especializada en ecología sensorial de animales subterráneos de la Universidad Duisburg Essen, arrojó interesantes resultados en la edición de esta semana de la revista Journal of the Royal Society Interface.
Con el título “Eyes are Essential for Magnetoreception in a Mammal”, el artículo sugiere que los diminutos ojos de la rata topo podrían albergar los citados magnetorreceptores.
Para comprobar esta hipótesis, el equipo de la doctora Begall evaluó la orientación magnética en ratas topo antes y después de extirparles quirúrgicamente los ojos. De esta forma, los científicos descubrieron que las ratas topo ciegas no muestran modificación alguna en su comportamiento ni en su capacidad de orientación.
“Nuestro estudio es el primero en identificar un órgano magnetoreceptor en un mamífero”, declaró Begall, quien espera que este descubrimiento sirva como un parteaguas para futuros estudios que podrían señalar la localización exacta de los magnetorreceptores en los ojos de la rata topo africana.