En tiempos de pandemia, los seres humanos solemos reorganizar nuestros espacios sociales para obstaculizar la propagación de enfermedades; por ejemplo, separando los asientos en espacios cerrados o utilizando cubrebocas. Sin embargo, tal parece que nuestra especie no es la única en realizar esta práctica.
Un nuevo estudio publicado en la revista Science reveló que las hormigas también adoptan estas estrategias, ajustando su entorno para reducir los contagios dentro de sus respectivas colonias.

En concreto, la presente investigación, liderada por la Universidad de Bristol (Reino Unido), encontró que dichos insectos alteran activamente la arquitectura de sus nidos cuando enfrentan una amenaza de carácter patógeno.
Para llegar a esta conclusión, el equipo de investigadores comparó las colonias excavadas por dos grupos de hormigas: uno sano y el otro expuesto a esporas de hongos. Tras analizar horas de video, identificaron que la población enferma construyó refugios con entradas más espaciadas, rutas de viaje más largas y menos conexiones directas entre las cámaras, haciendo sus estructuras más modulares.
“Sabíamos que las hormigas modificaban su comportamiento de excavación en respuesta a otros factores del suelo, como la temperatura y la composición del mismo. No obstante, esta es la primera vez que se ha demostrado que una especie animal modifica la estructura de su entorno para reducir la transmisión de enfermedades”, apuntó Luke Leckie, uno de los líderes del estudio.