Bien decía Charles Darwin: “En la naturaleza, no es el más grande quien trasciende los obstáculos evolutivos, ni siquiera el más fuerte, sino el que mejor se adapta a las circunstancias”.
Y es que a pesar de tener varias hileras de colmillos, con hasta 17 centímetros de alto, el temible megalodón (Carcharoles megalodon) sucumbió ante la presión del tiburón blanco (Carcharodon carcharias), pues aunque éste último era significativamente más pequeño en todos los sentidos, parece ser que se acabó la comida de los más grandes.
Así lo dio a conocer una nueva investigación por parte de científicos de la Universidad de California, Estados Unidos.
El artículo, publicado en la revista Nature Communications, desmiente que el megalodón se haya extinguido por los cambios en las temperaturas del mar. Por el contrario, los expertos aseguran que estos animales marinos se quedaron sin comida porque alguien más se la llevó.
A primera vista, si se le compara con el megalodón, el tiburón blanco podría parecer poca cosa. Con apenas 6 metros, no representaba ni la mitad de las dimensiones de su primo prehistórico; sin embargo, de acuerdo con los restos de zinc encontrados en dientes fosilizados de su especie, estos peces acabaron con el festín de comida antes de que el megalodón se diera cuenta.
“Los primeros tiburones blancos evolucionaron en el océano Pacífico a partir de un ancestro con dientes no serrados; pero la evolución de las dentaduras alrededor de los 7 millones de años nos dice que comenzó a alimentarse de mamíferos marinos de sangre caliente por primera vez”, explicó Robert Boessenecker, del Museo de Paleontología del instituto californiano.
Es importante mencionar que la teoría de que el megalodón sucumbió ante la competencia marina en la Prehistoria no es nueva. No obstante, Boessenecker y su equipo consideraron que este fue uno de los factores determinantes para su extinción; especialmente porque los tiburones blancos empezaron a alimentarse de los mismos animales que, durante milenios, fueron víctimas predilectas del mítico depredador antiguo.