En el marco de un nuevo estudio, un grupo de científicos de Rusia, Brasil y China ha descubierto el llamado "fenómeno de desesperación" en los peces, y llegaron a la conclusión de que la depresión es un mecanismo más antiguo de lo que se creía.
En su estudio, los investigadores usaron el método de "colgar por la cola" a los peces, en concreto peces cebra, método usado anteriormente con roedores.
Tras sujetar la cola de los peces con un material especial, los especialistas los sumergieron durante cinco minutos en pequeños vasos de agua con fármacos antidepresivos tradicionales: amitriptilina o sertralina. Durante ese tiempo, los investigadores midieron la frecuencia y la amplitud de sus movimientos, así como los períodos de inmovilidad.
En el estudio también usaron descargas eléctricas de bajo voltaje, feromona de alarma y un tranquilizante.
Los científicos notaron que, tanto el "shock" eléctrico, como la feromona de alarma hacían decrecer la actividad de los peces, mientras que los antidepresivos la elevaban, lo que significa que se les bajaba el nivel de desesperación. El tranquilizante no tuvo ningún efecto.
Los especialistas llegaron a varias conclusiones, entre ellas, que es posible probar fármacos contra la depresión en los peces. Además, el experimento les dio la posibilidad de afirmar que la depresión apareció antes de lo que se pensaba, originándose, probablemente, hace 400 millones de años, cuando aparecieron los primeros peces con mandíbulas, y no hace 60 millones, con la aparición de los roedores.