Aunque durante décadas se ha especulado con distintas teorías para explicar cómo fue que la cola de los humanos y el resto de los homínidos desapareció para dar paso a lo que hoy conocemos como coxis, un nuevo estudio dirigido por la Escuela de Medicina de Grossman de la Universidad de Nueva York sugiere que esta situación ocurrió de manera “inesperada”.
El equipo de expertos se dio a la tarea de examinar diferentes especies del reino animal que possen una cola, y descubrió un grupo de 31 genes necesarios para la formación de su extremidad durante el desarrollo embrionario, una característica inexistente en los homínidos pero presente en los primates, la cual les ayuda a equilibrar su peso en los árboles e incluso, agarrar objetos con ella.
Sin embargo, hace aproximadamente 25 millones de años, la cola de los homínidos desapareció debido a una mutación genética.
La investigación afirma que tanto simios modernos como humanos poseen una mutación en un gen llamado TBXT. Por el contrario, los monos que conocemos hoy en día se encuentran libres de ella, por lo que poseen colas largas y útiles.
Para comprobar su idea, los expertos crearon ratones de laboratorio con la misma mutación en el gen TBXT. Los resultados revelaron que la mayoría de embriones de roedor no poseían cola y los que sí tenían, apenas y se percibía.
Con base en lo anterior, el estudio concluye que dicha mutación y otras muy similares, posiblemente, aparecieron de manera aleatoria en los homínidos; y como no resultaron perjudiciales para su supervivencia, al cabo de decenas de generaciones se convirtieron gradualmente en la condición entre homínidos.
Ahora, el siguiente paso para el equipo será averiguar cuáles fueron las ventajas que provocó la mutación en el gen TBXT, así como su relación con uno de los rasgos distintivos de los homínidos respecto a otros primates: la capacidad de caminar erguidos en dos patas.