A partir de cinco fósiles de leopardos de las nieves (Panthera uncia), un equipo internacional de científicos logró identificar cómo esta especie conquistó Asia y Europa durante la edad de hielo.
La presente investigación, publicada en la revista Science Advances, ha permitido trazar la historia evolutiva de estos felinos en el periodo Cuaternario y proponer cómo se dispersaron desde la meseta tibetana hasta la península ibérica, muy lejos de las altas y gélidas montañas del Himalaya.
Tras analizar los restos hallados, el grupo liderado por Qigao Jiangzuo, de la Universidad de Pekín (China), y Joan Madurell, de la Universitat Autònoma de Barcelona (España), sugiere que los leopardos de las nieves prefieren los terrenos rocosos y los climas fríos en lugar de las grandes altitudes, además de espacios abiertos y escarpados.
Aunado a lo anterior, hace aproximadamente un millón de años los leopardos de las nieves empezaron a desarrollar características que los diferencian de su pariente más común, el leopardo.
Y es que mientras que los leopardos comunes están adaptados para cazar presas rápidas y ágiles dentro de hábitats parcialmente boscosos, los leopardos de las nieves suelen dominar los paisajes montañosos gracias a dientes más grandes; cráneos abovedados; y mandíbulas y patas más fuertes.
Sin embargo, los científicos aclaran que su supervivencia en dichas zonas también dependió de otras adaptaciones claves, como una visión binocular mejorada; una estructura craneal timpánica grande para una mejor audición; extremidades capaces de soportar el impacto de saltos pronunciados; y una larga cola para equilibrarse.
Estas adaptaciones, revelan, coincidieron con las fases más frías de las últimas edades de hielo, durante las cuales el espécimen pudo extenderse más allá del Himalaya: hacia el centro de China y, sorprendentemente, hacia el oeste, en concreto la península ibérica.