La realidad que habitamos es una donde se entremezclan las existencias más inefables, por ello corremos el riesgo de perdernos entre el escepticismo y la fantasía. Aquí donde todo parece cotidiano, también existen seres que parecen irreales y que forman parte de la gran biodiversidad del planeta. Así son los animales fantásticos que parecen mitológicos pero que son reales.
Al mirar la extraña composición que escapa al entendimiento por su poca cercanía con la humanidad, los observadores corren el riesgo de caer en el escepticismo. Tal como le sucedió al botánico inglés George Shawn cuando recibió un paquete del capitán John Hunter desde Australia. El primer pensamiento del botánico al mirar la criatura que yacía ante él fue que era obra de algún taxidermista asiático. Después de todo no se conocía ningún animal con pico de pato, patas de nutria y cola de castor. No obstante, al primer intento de desmantelar la supuesta obra humana, el también zoólogo descubrió que se trataba de un animal real, al que ahora conocemos como ornitorrinco.
El Kraken en la realidad
Pero no es el único, existen más animales fantásticos que parecen salidos de la imaginación humana aunque son reales. El calamar gigante cuyo nombre científico ahora se conoce como Architeuthis, bien podría confundirse con el Kraken. Se conoce poco sobre esta criatura marina, ya que vive en las profundidades del océano, pero se han encontrado cicatrices en ballenas cachalotes ocasionadas por las ventosas al intentar alimentarse de estos cefalópodos gigantes.
El calamar gigante llega a medir hasta 14 metros, aunque se especula que podrían llegar hasta los 20 metros. No obstante, esta última información no ha podido ser comprobada fehacientemente debido a las dificultades de exploración de su hábitat. Son de un tamaño tan especialmente grande que, de hecho, se le considera el animal con los ojos más grandes del mundo. El ojo de un calamar gigante llega a medir hasta 25 centímetros de diámetro, lo que equivale a un orbe similar a un balón de fútbol.
El puente entre lo sagrado y lo natural
Aunque si se trata de animales fantásticos, también están aquellos que por su belleza parecen sagrados. Ese es el caso del búfalo blanco cuya existencia se da en las planicies de Norteamérica y las tribus nativas antiguas lo consideran como sagrado. Este animal de gran tamaño (1.6 metros de alto y 3 de largo), pertenece a la especie conocida como bisonte americano (Bison bison). Sin embargo, presentan características inusuales albinas o leucísticas que le dan el color blanco a su pelaje.
Cuenta la leyenda sioux que hace mucho tiempo dos jóvenes lakotas exploraban en un campo sobre el monte, cuando una mujer de gran belleza vestida con pieles blancas, se aproximó a ellos. Uno de los jóvenes la guío hasta el jefe de la tribu a quien la mujer entregó la pipa sagrada. Con esto transmitió a los pueblos los ritos sagrados del tabaco que les permitió mantenerse en conexión con el espíritu creador Wakan Tanka. La mujer se retiró de la aldea convirtiéndose en un búfalo blanco y desde entonces los Sioux consideran sagrado al bisonte blanco.
La incesante necesidad del ser humano por encontrar explicación a su existencia en la realidad, lo ha llevado a crear historias que entremezclan su mundo tangible con el misticismo.