A raíz de la emergencia climática global, diversas especies se han desplazado de sus hábitats naturales. Quizás algunos de los más afectados son los osos polares que, al perder los glaciares en el norte, han tenido que desplazarse hacia otras latitudes más australes. Con esto, un nuevo híbrido entre ellos y los osos pardos se detectó recientemente.
Los bloques de hielo en el Ártico son más delgados día tras día. Por esta razón, en búsqueda de comida y un hogar más seguro, los osos polares han tenido que migrar hacia el sur. En su camino, se han encontrado con los osos grizzly —(Ursus arctos horribilis) una subespecie de osos pardos—, quienes habitan generalmente en las tundras del norte.
Esta nueva interacción ha generado una nueva especie de osos híbridos. A medida que ambas especies se aparean, su descendencia se expande.
De acuerdo con los científicos que los han observado, las características de ambos osos podrían darles una ventaja sobre otras especies: puede que sean más resistentes a los cambios de temperatura en el ambiente.
De acuerdo con Larisa DeSantis, paleontóloga y profesora asociada de ciencias biológicas en Vanderbilt, de la Universidad de Tennessee, los “grolars” (grizzly/polar) —nombre coloquial con el que se le hace referencia a la nueva especie—, llegaron para quedarse:
“Por lo general, los híbridos no se adaptan mejor a sus entornos que sus padres, pero existe la posibilidad de que estos híbridos puedan buscar una gama más amplia de fuentes de alimentos”, aseguró la experta.
Además, parece ser que estos híbridos tienen los cráneos más largos, lo que les permite agarrar presas más fácilmente en el mar. Una desventaja, según DeSantis, es que sus molares son demasiado pequeños: esto los condiciona a sólo comer grasa, a diferencia de los osos pardos, que son omnívoros.