Si vives o has estado en una gran ciudad, seguramente te ha pasado que al intentar hablar con una persona dentro del metro, restaurante o avenida transitada tienes que alzar la voz, pues a veces resulta imposible comunicarse de manera clara.
Bueno, pues algo similar le está pasando a los delfines por la contaminación acústica en los mares.
De acuerdo con un reporte elaborado en la Universidad de Bristol, Reino Unido, para realizar actividades cooperativas, cazar o incluso reproducirse, estos cetáceos están comenzando a “gritarse” entre sí. Lo procupante es que lo anterior jamás había sucedido en su historia evolutiva, pues nunca se enfrentaron a los fuertes ruidos provenientes de las embarcaciones industriales.
Los investigadores a cargo llegaron a esta conclusión luego de rastrear dichos comportamientos a partir de los chirridos que la especie suele emitir.
Especialmente en la relación madre-cría, los delfines se diferencian con sonidos únicos, los cuales funcionan como sus nombres. No obstante, cuando existe demasiada interferencia sonora, estas ondas se pierden; por lo cual, los ejemplares entran en confusión y no entienden lo que sus familiares les quieren decir.
“Esas mismas razones que hacen que el uso del sonido sea tan ventajoso para los animales también los hacen susceptibles a la perturbación del ruido en el medio ambiente”, explica Pernille Sorensen, autora principal del estudio.
“No tenemos duda que el aumento en el tono de voz de los delfines se debe, exclusivamente, a la actividad humana, que interfiere con cómo se desempeñan en la naturaleza”, asegura.
Por si fuera poco, lamenta la especialista, esta situación también afecta a otros animales que se comunican a través del agua, como las tortugas, orcas y ballenas.
“Todos son víctimas de la contaminación acústica, generada por nuestra intervención en el territorio que han habitado por miles de años”, finaliza.