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Publicado en ECO

Seis maravillas naturales de Chile

Martes, 02 Abril 2019 13:43 Escrito por 

1. Las agujas más bellas de la Tierra

Iconos del sur de Chile, los enormes monolitos graníticos del parque nacional Torres del Paine dominan el paisaje de uno de los parques nacionales más bonitos de Sudamérica. Se trata de una enorme extensión de naturaleza salvaje con infinidad de posibilidades para sumergirse en ella: desde senderismo sobre hielo en el glaciar Grey hasta una travesía en kayak por el río Serrano. También hay circuitos cómodos y asequibles para enfrentarse a una de las climatologías más locas de la Tierra: un mismo día puede alternar las cuatro estaciones del año, con tormentas y ráfagas de viento repentinas. Aquí cautiva la diversidad de paisajes: lagos de aguas azuladas, bosques color esmeralda y una enorme extensión glaciar: el Campo de Hielo Sur. Los guanacos deambulan por la estepa y los cóndores sobrevuelan los elevados picos. Las agencias de Puerto Natales ofrecen todo tipo de excursiones guiadas, pero los circuitos más demandados son el del Paine (circular, con nueve días de recorrido) y el W (cuatro-cinco jornadas), así llamado porque traza sobre el mapa la forma de esta letra.

2. 60.000 parejas de pingüinos de Magallanes

Desde el parque nacional Torres del Paine hay quienes se animan a conocer las prósperas colonias de pingüinos de Magallanes que se concentran en el el Monumento Natural Los Pingüinos de isla Magdalena, accesible en ferri desde Punta Arenas, ubicada justo enfrente, al otro lado del estrecho de Magallanes. Cada año, de octubre a marzo, unas 60.000 parejas de pingüinos de Magallanes se congregan en la zona para el periodo de cría y esta excursión permite verlos deambular, proteger sus nidos y dirigir una mirada curiosa al viajero. De regreso a Punta Arenas, quedan muchas maravillas naturales por descubrir, como el parque del Estrecho de Magallanes, el Cabo Froward, el punto más al sur del continente, a 90 kilómetros al sur de Punta Arenas, o el desolado paisaje del parque nacional Pali Aike, entre rocas de lava de colores, cráteres y cuevas. Su nombre en tehuelche lo dice todo: tierra del diablo.

3. Paisajes lunares en Atacama

A 15 kilómetros de San Pedro de Atacama, en el extremo norte de la cordillera de la Sal y dentro de la Reserva Nacional Los Flamencos, se extienden las impresionantes formaciones rocosas del Valle de la luna, erosionadas durante millones de años por el agua y el viento, que se muestran ante el viajero como un sueño entre volcanes. Al atardecer, el paisaje desértico se tiñe con un espectáculo cromático que va desde intensos tonos púrpuras hasta dorados, rosados y amarillos. Es el circuito de un día más popular y barato desde San Pedro, pero para evitar las docenas de furgonetas turísticas que se agolpan en la ruta conviene madrugar y llegar al amanecer. Otra opción es recorrer el desértico valle en bici de montaña, aunque siempre por las carreteras y pistas marcadas y con luces y reflectores si nos quedamos hasta la puesta de sol.

4. El campo de géiseres más alto del mundo

Para contemplar los cráteres, fumarolas y géiseres de El Tatio, a 95 kilómetros al norte de San Pedro de Atacama, hay que abrigarse bien y recorrerlo al amanecer, cuando los chorros de vapor blanco silban y retumban a nuestro alrededor mientras el sol se va elevando sobre los volcanes y picos andinos circundantes (de hasta 4.300 metros de altura), pintando todo de rojos, violetas, verdes, amarillos y azules. Es como caminar por un gigantesco baño de vapor alimentado por 64 borboteantes géiseres. Eso sí, hay que andar con cuidado: si la corteza de tierra es muy fina se puede caer a piscinas subterráneas de agua hirviendo. También conviene vestirse con varias capas de ropa: al alba, el frío es intenso, pero al regresar pasaremos calor dentro del vehículo. La explotación de este espacio natural se cedió a los indígenas atacameños en 2004 y hay que pagar una tasa de entrada al llegar. Si se accede desde Calama, se puede regresar por los pintorescos pueblos de Caspana y Chiu Chiu.

5. Aventuras en Tierra del Fuego

Puerto Williams es el punto más meridional de Sudamérica. Un pueblo grande donde la naturaleza salvaje se vuelve protagonista. La primera aventura es llegar hasta aquí, cruzando el canal Beagle. Después, las emociones continúan, por ejemplo, en una excursión a la Isla Navarino, al sur de Ushuaia, al otro lado del canal: una tierra casi deshabitada donde se suceden turberas, bosques de hayas meridionales y unas agujas dentadas de roca conocidas como los Dientes de Navarino. Una famosa ruta de senderismo serpentea entre ellos durante 53 kilómetros, recorriendo un espectacular paisaje de rocas desnudas y lagos apartados. Es aconsejable solo para senderistas experimentados: requiere al menos cuatro días durante el verano austral (relativamente seco), la señalización es mínima y saber manejar un GPS con mapas resulta imprescindible.

6. Patagonia, un parque nacional modélico

Durante un siglo, el norte de Patagonia chilena fue la región más agreste y remota del Chile continental. Pero pese a su dureza, es tierra de bellos paisajes (frondosos bosques húmedos y pinos inexpugnables) y su esencia es el agua: ríos cristalinos y cascadas, lagos color turquesa, glaciares y laberínticos fiordos. Una de sus joyas es el parque nacional Patagonia, que permite recorrer su gran diversidad de fauna. Accesible desde Cochrane (a 18 kilómetros), esta estancia dedicada al pastoreo excesivo cambió de uso gracias a la Tompkins Conservation, fundada por el empresario estadounidense Douglas Tompkins, que inició su restauración en 2004 hasta convertirla en un reserva modélica que acoge a miles de guanacos, una importante población de huemules (cérvido en peligro de extinción), flamencos, pumas, vizcachas y zorros. Incluso se está reintroduciendo el ñandú, especie emparentada con el avestruz, casi extinta. El parque se extiende 690 kilómetros cuadrados por el Valle Chacabuco, desde el río Baker hasta la frontera argentina, y cuenta con rutas senderistas inolvidables como la que asciende a las Lagunas Altas o la ruta circular del Lago Chico.

elviajero.elpais.com

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