Esta es la historia de un perro con vitiligo que ayudó a subir la autoestima de un niño con su misma enfermedad.
Carter Blanchard es un niño de 8 años que tiene la enfermedad de la piel conocida como vitiligo; la cuál se manifiesta con manchas de diferentes tamaños en distintas partes del cuerpo.
“Su rostro estaba transformado muy rápidamente”, dijo Stephanie Adcock, madre del niño con quien vive en Arkansas, Estados Unidos. “Lo primero que me dijo cuando subió al auto es que odiaba su rostro y odiaba su aspecto”.
Fue así qué la madre pensó que necesitaría de un milagro para enseñarle a su hijo a apreciar su apariencia única. Para sorpresa de la mujer, sus oraciones fueron respondidas, las cuáles llegaron en forma de un perro labrador negro de raza pura con 13 años de edad llamado Rowdy.
Además de padecer la misma condición que Carter y como si esto fuera obra del destino; el perrito también fue diagnosticado con vitiligo el mismo año que el menor. Sus manchas blancas lo hicieron popular en internet, y fue así como la madre de Carter lo descubrió.
“Leí que Rowdy tenía vitiligo y me quedé impresionada… cuando le mostré a Carter, estaba tan emocionado de ver a un perro que era famoso por su vitiligo” comentó la mamá del pequeño.
Posteriormente la madre se encargó de que el niño y Rowdy se conocieran, y el encuentro fue más que mágico.
La madre dijo que desde que conoció a Rowdy, su hijo desarrolló una inesperada amistad con el perro y, asimismo, Carter ha demostrado tener una mayor confianza, a la par de haber aprendido a lidiar con amor la enfermedad que lo hace diferente al resto de los niños.
Rowdy es sin duda alguna, otro ejemplo de como los animales pueden ser más qué simples mascotas.