Si tienes un gato en casa o eres amante de estos animales, seguramente habrás notado que en las orejas tienen menos pelo de lo habitual. A primera instancia, parecería un detalle por demás insignificante, sin embargo, forma parte importante de la historia evolutiva de los felinos domésticos.
Antes de abordar este tema, vale la pena mencionar que en los gatos el pelo resulta vital, pues sin éste, los mininos estarían muy expuestos a heridas u otro tipo de lesiones en la piel. Incluso, varios estudios indican que dichos filamentos les ayudan a socializar y mantenerse calientes.
Pese a lo anterior, hasta hace poco la comunidad científica todavía se preguntaba por qué los gatos domésticos y otros felinos, como ocelotes, gatos monteses y linces, tienen la peculiaridad de que en las orejas tienen poco pelo.
De acuerdo con una reciente investigación elaborada por la Universidad de Purdue, en Estados Unidos, la respuesta se encuentra en la evolución, es decir, alguna ventaja debe suponer para las especies antes mencionadas que el pelo sea mucho más escaso en esas partes de su cuerpo.
A través de un artículo publicado en la revista Live Science, Judith Stella, científica especializada en bienestar animal, explica que su hipótesis está relacionada a las principales presas de los gatos: los roedores.
“Los roedores vocalizan en un rango de sonidos ultrasónicos y estos felinos pueden oírlos, de modo que la falta de pelaje sobre la zona de las orejas les permite enfocar con mayor precisión esas ondas y así encontrar al animal que las emite”, indica.