Los gatos ven muy diferente a nosotros los seres humanos, y recientemente se comprobó que existen colores que no logran identificar del todo bien, por lo que se recomienda a los dueños evitarlos en camas y juguetes.
De acuerdo con el médico veterinario Juan Enrique Romero, director del Hospital Escuela de Animales Pequeños, en Argentina, estos felinos cuentan con una visión dicromática, es decir que perciben los colores en una gama limitada de tonalidades, aunque puedan ver mejor por las noches.
Además, apunta, les cuesta enfocar objetos cercanos y como su visión durante el día no resulta tan buena, sumar colores que los abruman a objetos que forman parte de su día a día podría dificultar aún más la percepción del entorno y generar incomodidad.
Ahora bien…¿cómo ven los gatos? ¿tienen un sentido de la vista parecido al humano? Primero que nada, es importante desmentr aquel pensamiento popular que indica que tanto caninos como mininos ven en blanco y negro, y no son capaces de distinguir los colores.
La realidad es que estos animales domésticos sí pueden distinguir los colores, pero no de la misma manera que lo hacemos nosotros. Por ejemplo, tienen la posibilidad de diferenciar entre un tono azul y amarillo, pero no entre un tono rojo y uno anaranjado. A éstos dos últimos suelen identificarlos iguales o como amarillo de diferente graduación e intensidad.
La diferencia radica en la constitución de la retina en las diferentes especies, motivada por el fenómeno de coevolución según su ambiente y costumbres predatorias. Las células determinantes son los conos: un tipo de conos es sensible a la luz roja, otro a la luz verde y otro a la azul.
En resumen, la visión del gato consta de dos tipos de receptores de color. De esa forma, hay colores que pueden generar cierto estado de ánmo y de bienestar o malestar. Tal es el caso de las tonalidades rojas y naranjas, las cuales pueden provocar abrumación.