Diversos trabajos científicos han comprobado que las mascotas resultan capaces de aliviar el estrés humano, argumentando que el entrar en contacto con perros y gatos reduce los niveles de estrés y acompaña al organismo con respuestas positivas generadoras de sustancias benéficas.
Sin embargo, un nuevo estudio acaba de refutar esta situación, señalando que la mencionada reacción fisiológica también puede afectar a los animales de compañía.
Y es que tras analizar cómo los cambios en los niveles de estrés del dueño influyen en el estrés canino, los autores de la Queen´s University de Belfast, Irlanda del Norte, llegaron a la conclusión de que el primero, en particular el estrés continuo, podía generar más estrés en el perruno.
Durante el experimento, el grupo equipó a mascotas y sus dueños, que presentaban distintos niveles de estrés, con monitores de frecuencia cardíaca. Tras varias pruebas, descubrieron que los altos niveles de estrés de los propietarios predecían un aumento de la frecuencia cardíaca en sus animales, lo cual sugiere que éstos últimos pueden responder a las preocupaciones de sus amos mediante un estado de estrés similar.
“Nuestros resultados indican que los perros pueden tener la capacidad de mostrar una especie de contagio emocional, que es el reflejo de la emoción y la referencia social; por ejemplo, mostrando señales para informar su reacción ante cierta situación, como una mudanza”, precisó el autor principal, Gareth Arnott.