Actualmente, existen mascotas para todos los gustos; mientras la mayoría se inclina por cuidar a un perro, gato o tortuga, cada vez son más los que deciden adoptar a un pato. Esta curiosa tendencia ha crecido durante los últimos meses, provocada por las redes sociales, en específico TikTok.
Todo comenzó a finales del pasado mes de abril, cuando Carew Ellington, un adolescente americano con casi 4 millones de seguidores en la red social, compartió un vídeo en el que le pide a su madre un pato como mascota. Como era de esperarse, la madre accedió y obtuvo a su pequeño pato, con el cual ha subido un sinfín de contenido sin descanso, finalizando con otro diciendo que iba a dejar libre a su mascota tras un mes viviendo con él.
Ahora bien, lo que probablemente el joven no esperaba era convertir a estos animales en la mascota de moda entre los “influencers”; y mucho menos, que esta tendencia supusiera un delicado problema a nivel mundial.
Y es que tener un pato como mascota no es un problema, siempre y cuando éste reciba los cuidados necesarios. Lo malo surge cuando la locura por poseer una cría de estos ejemplares alcanza tales dimensiones que algunas tiendas ya han decidido decir no a su venta. A su vez, las organizaciones protectoras de animales están emitiendo constantes alarmas, insistiendo en que los patos “no son animales para lo que la gente quiere”.
Dicha situación se ha vuelto más complicada en países ganaderos, sobre todo en Irlanda, ya que, de acuerdo con varios estudios, esta tendencia habría sido más grande que en otras naciones: se adoptan muchos patos, pero también se abandonan.
Ejemplares que llegan a las casas a petición de jóvenes que no saben como cuidarlos, guardándolos en cajas de plástico o zapatas, y que no saben alimentarlos adecuadamente, se han convertido en los principales problemas que acompañan a esta tendencia.