Como sabemos, los perros nos han acompañado desde hace miles de años, pero…¿alguna vez te has preguntado cuál es la raza más antigua del mundo?
Antes de conocer la respuesta, es importante mencionar que los caninos actuales (Canis lupus familiaris) son considerados los primeros animales domesticados por los seres humanos. Todas las especies modernas descienden del lobo gris (Canis lupus), que fue amaestrado hace aproximadamente 15 mil años.
Con base en lo anterior, un estudio elaborado por la revista National Geographic, en colaboración con los National Institutes of Health, considera al Basenji la raza de perro más antigua del mundo.
El origen de los Basenjis tiene lugar en África central, donde las tribus del Congo todavía los utilizan para cazar. Es también una variante que se encuentra en la base de la filogenia de perros actualmente aceptada.
Asimismo, los autores señalan que “perros similares” a ellos son representados tanto en dibujos como en otros modelos que se remontan a la XII Dinastía de Egipto. Sin embargo, tras la caída de dicha civilización, la raza permaneció como un animal semisalvaje, la cual se asentó en las cercanías de los ríos Nilo y Congo.
Al encontrarse en una zona aislada del continente africano, los Basenjis no sufrieron las mismas modificaciones genéticas que seguían a los caprichos dictados por la moda occidental. Debido a lo anterior, su apariencia quedó prácticamente idéntica a la que le fue presentada a los faraones en el Antiguo Egipto.
Su llegada a otras partes del mundo tuvo lugar en 1895, cuando un explorador que regresó de Inglaterra llevó consigo una pareja de cría que murió poco tiempo después. No obstante, en 1937 trajeron otro dúo, los cuales fueron exhibidos como “curiosidades naturales”.
Respecto a sus características principales, el Basenji destaca por su cola retorcida y pelaje rojizo, aunado a su nula capacidad de ladrar, pues, en su lugar, emite sonidos similares a un canto tirolés.
También son compañeros muy limpios, ya que tienden a asearse de manera regular, al más puro estilo de los gatos. Esta situación provoca la carencia del clásico olor a perro.
Aquellos dueños de un Basenji los describen como mascotas un poco independientes. Se mantienen alerta y guardan su distancia con los extraños, pero son abiertos y calmados dentro de su círculo de confianza.