Un comportamiento que a primera instancia podría parecer inofensivo o incluso divertido en las mascotas, como fingir síntomas de enfermedad, podría estar revelando necesidades más profundas de atención y cuidado.
Según un reciente informe publicado por expertos en comportamiento animal, algunos perros han desarrollado la capacidad de simular dolencias para así obtener una respuesta favorable por parte de sus dueños.
El análisis presentado pone de manifiesto la inteligencia y la capacidad de aprendizaje de los canes, quienes suelen asociar ciertas conductas con recompensas emocionales o físicas.
“Los perros son seres observadores por naturaleza y aprenden rápidamente cuáles son esas acciones que generan una reacción positiva en sus cuidadores. Por ejemplo, si un perro nota que al cojear o actuar de manera inusual recibe caricias, palabras cariñosas e incluso premios comestibles, podría repetir dicho comportamiento de forma intencionada, aunque no exista una necesidad médica real”, se lee en la investigación.
“Este tipo de conducta, aunque sorprendente, debe tomarse con seriedad y no debe ser subestimada, ya que también puede disfrazar problemas de salud genuinos”, advierte.
Si bien los perros pueden ser ingeniosos al fingir ciertos síntomas, como cojear o estornudar, existen señales que no pueden simular y que podrían indicar padecimientos reales.
De acuerdo con los veterinarios consultados durante el estudio, para los propietarios será crucial prestar atención a signos como heridas visibles, vómitos, diarrea, fiebre o dificultades para moverse de manera habitual, toda vez que los mismos requieren atención médica inmediata y no deben ser ignorados bajo la suposición de que el animal está fingiendo.