“Mojo” es un gatito de pelaje negro que, recientemente, protagonizó un curioso caso en la ciudad de Peterborough, Inglaterra.
Resulta que en 2018 fue adoptado por una mujer llamada Alison Woodrow, quien trabaja dándole techo a felinos de una organización protectora de animales. Poco a poco, este ejemplar fue ganándose el corazón de quien se supone sólo sería su cuidadora temporal y así vivieron felices dos años; hasta que un día, durante un paseo rutinario, “Mojo” simplemente desapareció. A pesar de sus esfuerzos, la mujer no logró encontrarlo y con el tiempo se resignó.
Sin embargo, el destino le jugaría una inesperada jugada, pues a cuatro años de su partida, el minino volvería a su vida cuando un veterinario lo escaneó y encontró un microchip.
Una vez reunidos de nueva cuenta, el especialista le comentó a Alison que el microchip no ofrecía información alguna sobre dónde estuvo la mascota todo este tiempo, pero que sin duda permaneció bajo el cuidado de una persona de buen corazón, ya que mostraba una perfecta salud.
“Lo tuve dos años y estuvo desaparecido cuatro años. Es todo un poco raro y supone un pequeño cambio. `Mojo´ se ve muy bien alimentado y es brillante”, comentó la propietaria.