En medio del desastre provocado por la guerra entre Rusia y Ucrania, es posible que para muchas personas preocuparse por los animales no sea tan importante; sin embargo, para Lara Bezvesilna refugiar a perros y gatos abandonados es una forma de salvar, también, su lado humano.
A medida que su vecindario, ubicado en una pequeña ciudad de la región de Járkov, se fue vaciando por el conflicto, más mascotas aparecieron afuera de su puerta.
Por este motivo, Lara decidió hacer lo correcto: convertir su casa y el terreno a su alrededor en un refugio improvisado que actualmente alberga más de 100 animales, entre perros, gatos, palomas, patos, gallinas y tortugas.
De igual manera, cada tercer día la mujer alimenta a medio centenar de animales callejeros en distintos puntos de la ciudad.
“Cuanto más conozco a las personas, más amo a los animales. Ellos nunca te abandonarían, incluso en una guerra”, explica Lara, de 52 años.
“Muchos animales abandonados de la zona se quedan aquí y no se alejan de su hogar, pues aunque estén vacíos, siguen esperando a sus dueños”, agrega.
De acuerdo con la ex limpiadora de oficinas, su amor por los animales proviene de una infancia con mucho contacto con la naturaleza, y también por herencia, ya que su madre, Haylna Pusarenko, también adora a estos seres.
“Los animales son parte de lo que tenemos de humanidad. Si te haces cargo de uno de ellos tienes que asumir que será parte de tu vida y que el trato que les des te definirá como ser humano”, señala.
Gracias a su gran y noble labor, un par de organizaciones de la región han decidido apoyar a Lara con alimento de forma periódica, con el objetivo de que los animales necesitados continúen teniendo un lugar donde se sientan seguros.