Es muy probable que en algún momento de tu vida hayas escuchado el popular dicho que dice que los gatos siempre logran caer de pie, pero ¿qué de cierto tiene este adagio?
La explicación fisiológica nos dice que los gatos cuentan con un sentido del equilibrio altamente armonizado, además de una columna vertebral muy flexible, que les permite girar sus cuerpos para enderezarse al caer; esta habilidad innata es conocida como “reflejo de corrección”.
Sin embargo, esto no quiere decir que los felinos nunca se hagan daño a la hora de caer de esta manera. Los gatos a veces sufren lesiones, y no todos sobreviven a este tipo de caídas, en especial los más viejos y los menos ágiles.
¿Realidad o ficción?
La ciencia nos dice que, la mayoría de las veces, un gato aterrizará de pie cuando se caiga. Su cuerpo corregirá el curso reflexivamente para que cuando llegue al suelo, sus pies se encuentren en posición de golpear primero. Por otro lado, la altura de la caída es un factor importante a tomar en cuenta, pues determinará qué tan bien o qué tan mal las patas del gato absorberán el impacto del aterrizaje.
De acuerdo con testimonios de veterinarios que han tratado este tipo de lesiones, los felinos que caen desde mayores alturas a menudo sufren menos lesiones que aquellos que caen de menores alturas. ¿La razón? Una caída más larga le otorga al cuerpo de los gatos más tiempo para enderezarse para poder caer de mejor manera.