Un reciente estudio elaborado por la Universidad de Duke, Estados Unidos, advirtió que los perros que viven en hogares con altos niveles de exposición a ciertos químicos presentes en productos domésticos comunes tienen más probabilidades de desarrollar cáncer de vejiga.
Para llegar a esta conclusión, el equipo de científicos analizó la exposición química en más de 100 ejemplares mediante dispositivos de silicona colocados en sus collares durante cinco días.
De acuerdo con los autores, estos aparatos permitieron recolectar datos sobre 120 químicos diferentes, de los cuales alrededor de 40 se encontraron en, al menos, la mitad de los caninos estudiados. Entre las sustancias halladas más preocupantes destacan los retardantes de llama altamente tóxicos, los ftalatos y el antraceno, considerado como un contaminante común del aire.
“Estos compuestos están presentes de manera generalizada en los hogares y el entorno. Por ejemplo, los retardantes de llama, como los PBDE, persisten en muebles y dispositivos electrónicos, mientras que los ftalatos, como el benzilbutilo, se han utilizado en plásticos y pisos de vinilo”, explicó Riley Leonard, líder del grupo.
“Nuestros resultados no sólo plantean nuevas preocupaciones sobre la salud de las mascotas, sino que también podría tener implicaciones para sus dueños al compartir el mismo entorno y poseer similitudes genéticas”, advirtió.