Mediante un comunicado oficial, la organización ecologista Greenpeace hizo un llamado a Europa para dejar atrás los combustibles fósiles en el sector transporte, y así “dejar de depender del petróleo ruso”.
Para lograrlo, el documento detalla una serie de propuestas, entre las que destacan prohibir los vuelos cortos donde exista una ruta equivalente a tren; fomentar el transporte público; y fijar nuevos límites de velocidad, mismas que podrían reducir hasta un 28% del petróleo que el continente europeo compra a Rusia.
En ese sentido, el análisis divide las medidas en dos grupos: por un lado, las que se pueden adoptar a corto plazo y, por otro, las que terminarían por acabar con la dependencia fósil a medio y largo plazo.
En el primer grupo se incluyen, por ejemplo, la eliminación de vuelos cortos con rutas que se podrían realizar por tierra, así como el impulso del ferrocarril a través de incentivos fiscales que logren que el transporte de mercancías por tren pueda reemplazar al de carretera.
Mientras que en el segundo sector, Greenpeace sugiere dejar de fabricar vehículos que utilicen diésel o gasolina, de forma gradual, antes de 2028, y reconstruir las infraestructuras urbanas para que éstas ofrezcan prioridad a los desplazamientos a pie o en bicicleta.
“Hoy en día resulta necesario acabar con la dependencia del petróleo ruso, evitar el enriquecimiento ilícito de las empresas eléctricas y permitir que el ahorro económico de las renovables llegue a la gente”, se lee en el comunicado.