Este fin de semana pasado, “Orka”, la máquina succiona carbono más grande del mundo, la cual es capaz de convertir CO2 en roca, inició operaciones en Islandia; pero…¿será suficiente?
Y es que a corto y mediano plazo, podría parecer una gran solución para mitigar el efecto de la emisión de gases de efecto invernadero hacia la atmósfera. Con una inversión de 15 millones de dólares, este es el dispositivo más grande que existe en todo el planeta.
Después de años de investigación y trabajo de campo, finalmente el proyecto se concretó en una sola máquina. El dispositivo atrapa carbono fue instalado en Hellisheidi, al suroeste de Islandia; y de acuerdo con sus creadores, está “diseñado para absorber y almacenar dióxido de carbono bajo tierra”.
Es importante señalar que esta localidad es conocida en todo el país europeo por sus instalaciones geotérmicas monumentales. Tomando en cuenta este antecedente, las empresas Carbfix (Islandia) y Climeworks (Suiza) se dieron a la tarea de construir una planta dedicada a atrapar CO2 directamente del aire. La máquina fue nombrada “Orka”, que en el idioma local se traduce literalmente como energía.
En total, la maquinaria es capaz de capturar y procesar 4 mil toneladas métricas de dioxido de carbono anualmente. Lo anterior corresponde a las emisiones de poco menos de 800 carros particulares. No obstante, visto de otra manera, es apenas suficiente para cubrir la producción de 250 estadounidenses. En otras palabras, “Orka” ayudará, pero no mucho en realidad.
A pesar de todo, “Orka” promete ser un pilar de la vanguardia científica e industrial, con miras hacia un futuro más verde y libre de emisiones nocivas para la atmósfera.