La contingencia ambiental producida por la contaminación no es una situación exclusiva de la Ciudad de México; sin embargo, es la zona de nuestro país que, con más frecuencia, se producen alertas ambientales, mismas que advierten sobre los riesgos a la salud que los niveles de contaminación pueden provocar al momento de aumentar considerablemente.
Desde el pasado lunes, la Comisión Ambiental de la capital activó la contingencia atmosférica en Fase 1 por ozono. Con esta medida, las autoridades tratan de combatir las amenazas ambientales.
Tras alertar a la población sobre la calidad del aire, también emitieron una serie de recomendaciones para aliviar los efectos de la contaminación. Habitualmente, se sugiere que los habitantes no salgan y permanezcan en interiores; además, se suma la indicación de evitar el uso de algunos servicios, como es el caso del programa “Hoy no circula”, en donde ciertos vehículos deben suspender su circulación a lo largo de 24 horas.
Pero…¿sabías que antes de alcanzar estas medidas, los gobiernos establecen una etapa de “precontingencia”? Sí, ésta se lleva a cabo cuando la calidad del aire es muy mala, por lo que se suspenden actividades al aire libre, así como la quema de sólidos y líquidos.
Durante la Fase 1 se limita el uso de vehículos, pues la calidad del aire se encuentra en niveles “muy malos”.
Mientras que en la Fase 2, cuando el aire se considera con una calidad “extremadamente mala”, las medidas son más drásticas. La más destacada es la suspensión de toda actividad en escuelas, oficinas e instalaciones culturales o recreativas.
Y a todo esto, ¿en qué momento termina la contingencia ambiental? Esto ocurre cuando el Índice Metropolitano de la Calidad del Aire (IMECA) contabiliza que el ozono o las partículas de diez micrómetros (PM10) son menores a 150 puntos.