Este miércoles, una nueva investigación publicada en la revista Nature advirtió que el aumento del deshielo en la Antártida está ralentizando el flujo de agua a través de los océanos del mundo, lo cual podría generar un terrible impacto en el clima global, la cadena alimenticia marina e incluso la estabilidad de las plataformas de hielo.
Y es que la llamada “circulación de vuelco” de los océanos, impulsada por el movimiento del agua más densa hacia el fondo marino, resulta vital al momento de transportar calor, carbono, oxígeno y nutrientes alrededor del planeta. No obstante, los flujos de agua oceánica provenientes de la Antártida disminuirían hasta un 40% con miras al año 2050.
“Es sorprendente que esto ocurra tan rápido”, afirmó Alan Mix, profesor de la Universidad Estatal de Oregón, Estados Unidos, y autor principal de la investigación.
“A medida que aumentan las temperaturas, el agua dulce del deshielo de la Antártida ingresa al océano, reduciendo así la salinidad y la densidad del agua superficial, al tiempo de disminuir ese flujo ascendente hacia el fondo del mar”, explicó.
Para llegar a esta conclusión, Mix y su equipo analizaron poco más de 35 millones de horas de cálculo durante dos años, a fin de elaborar una serie de modelos y simulaciones hasta mediados de siglo.
“Si ralentizamos el hundimiento cerca de la Antártida, ralentizamos toda la circulación y, por lo tanto, también reducimos la cantidad de nutrientes que vuelven a la superficie desde las profundidades del océano”, concluyó el experto.