El Ártico, una de las regiones más frías que existen, se está calentando tres veces más que el planeta, una subida del termómetro más acelerada de lo que se creía y que está lejos de acabarse, advierte un reciente informe por parte del Programa de Evaluación y Vigilancia del Ártico (AMAP).
Aunado a ello, la banquisa, un elemento emblemático de la región, poco a poco se está convirtiendo en una “víctima” anunciada y cada fracción de grado cuenta. Y es que los pronósticos no son nada alentadores, debido a que las posibilidades de que desparezca totalmente en verano son más altas que nunca.
Estos y demás datos alarmantes figuran en un informe actualizado del AMAP, publicado con motivo de una reunión ministerial del Consejo del Ártico, el cual reunió en Reikiavik a los países pertenecientes a la región polar.
“El ártico es realmente un punto clave del calentamiento climático. Lo preocupante es que en menos de medio siglo, de 1971 a 2019, su temperatura media anual subió poco más de tres grados, en comparación a uno del resto del planeta”, señala Jason Box, especialista en glaciares por parte del Servicio Geológico de Dinamarca y Groenlandia”.
Impacto planetario
Ante esta situación, las consecuencias más dramáticas tienen que ver con los cuatro millones de personas que viven dentro de estas latitudes, especialmente las poblaciones indígenas.
Los cazadores en el noroeste de Groenlandia afirman que el periodo durante el cual es posible desplazarse con trineos de perros han disminuido de cinco a tres meses. Mientras que los cazadores y pescadores de Canadá y Rusia se han percatado que las focas son cada día más delgadas y que la fauna en general, se le nota menos sana.
Por otro lado, los millones de toneladas de hielo que se derriten cada año en Groenlandia, por ejemplo, hacen subir el nivel de los mares, convirtiéndose en una importante amenaza para aquellas poblaciones que habitan cerca de aquella nación.