A pesar del incumplimiento mayoritario de los gobiernos a la hora de presentar a tiempo sus nuevos programas de recorte de gases de efecto invernadero, en referencia al Acuerdo de París (2015), el Área de Cambio Climático de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que los planes nacionales aún pueden llevar a una reducción del 10% de las emisiones en el año 2035.
Sin embargo, la misma ONU aclara que dicha disminución todavía está lejos de lo necesario para controlar el calentamiento global.

Y es que el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) señala que para conseguir el objetivo de 1.5 grados, los gases deberían caer un 60% durante la próxima década, algo que en la actualidad ya es prácticamente inalcanzable.
“La lógica del mercado dicta que la transición hacia la energía limpia continuará a gran escala y ritmo. Gracias a la cooperación climática convocada por la ONU y a los esfuerzos nacionales, la humanidad está ahora claramente inclinando la curva de emisiones hacia abajo por primera vez, aunque todavía no con la rapidez suficiente”, declaró Simon Stiell, secretario ejecutivo del IPCC.



