Cómo revertir el cambio climático que se vive actualmente es, posiblemente, el mayor reto jamás enfrentado por la humanidad. Afortunadamente, existen muchas personas en el mundo abordando el problema desde todos los ángulos.
A continuación, te presentamos tres inusuales soluciones para enfrentar el cambio climático mundial:
1.- Bambú: es más que un simple alimento para pandas
El bambú es la planta que crece más rápido en el mundo. Puede crecer hasta un metro por día y absorbe el carbono de la atmósfera mucho más rápido que otros árboles. Por si fuera poco, el bambú, manipulado con ingeniería, puede ser más fuerte que otros materiales como el acero.
Todas estas cualidades lo hacen un material por demás ecológico para la construcción de muebles y edificios.
2.- Barcos más resbaladizos
Cuando se trata de comercio mundial, una muy pequeña criatura puede resultar un gran problema. El transporte marino es vital para nuestra economía global; no obstante, este método de transporte es el responsable de casi 2% de todas las emisiones generadas por los seres humanos y se espera que esta cifra no deje de aumentar en las próximas décadas.
Al estar tan dependiente de estos barcos, una pequeña criatura marina conocida como el baláno está causando problemas. Y es que los buques que tienen incrustados en sus cascos balános, lapas y otros moluscos pueden expandir hasta 25% más de diésel sucio que los “barcos resbaladizos” con superficies lisas, lo que aumenta las emisiones y añade 31 millones de dólares al año al costo de combustible.
Para reducir toda esta fricción causada por los balános, los expertos han encontrado maneras muy ingeniosas de hacer a los buques más resbaladizos. Éstas van desde una pintura especial ultravioleta hasta la cloración eléctrica a baja escala, y robots que acicalan los cascos.
3.- Crear un súper arroz
¿Sabías que cultivar arroz puede dejar altas huellas de carbono? Sí y de hecho, el arroz tiene el mismo impacto ecológico de carbono que la aviación.
Lo anterior se debe a que este alimento se cultiva en arrozales inundados en agua para ahogar la maleza rival. Pero esta agua no deja que el oxígeno llegue al suelo, provocando las condiciones ideales para que las bacterias produzcan metano, un gas que, por cada kilogramo, causa 25 veces más calentamiento global que el dióxido de carbono.
Para combatir esta situación, los científicos están desarrollando lo que será una revolución del arroz, criando nuevas variedades de cultivos que pueden prosperar en campos secos y así, economizar agua, ayudando a los agricultores al mismo tiempo que reducen las emisiones de metano.