La pandemia del COVID-19 ha debilitado los esfuerzos de conservación de la naturaleza en todo el mundo, advirtió la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
A través de una colección de artículos de investigación publicados en "PARKS", la revista de la Comisión Mundial de Áreas Protegidas (CMAP) de la UICN, se documentó que África y Asia han sido los continentes más afectados.
En África, más de la mitad de áreas protegidas tuvieron que detener o reducir las patrullas de campo y las operaciones contra la caza furtiva, así como las acciones de educación y divulgación.
Por otra parte, en Asia las actividades de conservación de las áreas protegidas se redujeron en una cuarta parte.
Brent Mitchell, coeditor de esta edición especial de "PARKS", consideró suicida promover el desarrollo a costa de destruir el medio ambiente.
"Si el impacto del Covid-19 no es suficiente para hacer que la humanidad despierte a las consecuencias suicidas del curso destructivo de un desarrollo tan equivocado con su ataque a la naturaleza, entonces es difícil ver cómo se pueden evitar más calamidades mucho peores que la pandemia actual", alertó el presidente del Grupo de Especialistas de la UICN-CMAP sobre Áreas Protegidas Privadas.
La pandemia también tuvo un impacto negativo en los guardabosques de las áreas protegidas, puesto que uno de cada cuatro reportó una reducción o retraso en su salario, según una encuesta realizada a este tipo de trabajadores de más de 60 países.
Además, el 20 por ciento de los guardabosques que respondieron la encuesta informó que había perdido su trabajo como consecuencia de los recortes presupuestarios relacionados con el Covid-19.
En un análisis sobre los paquetes de estímulos económicos y otras políticas gubernamentales implementadas o avanzadas de enero a octubre de 2020, se detectó que 17 países mantuvieron o incrementaron su apoyo a las áreas protegidas y conservadas. Japón, Kenia, Nueva Zelanda y Paquistán son algunos de ellos.
Sin embargo, otros 22 países revirtieron protecciones a favor de políticas de desarrollo insostenible, como la construcción de carreteras o la extracción de petróleo y gas en áreas designadas para la conservación.
Carlos Manuel Rodríguez, director ejecutivo del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), aseguró que invertir en la conservación y en la restauración de la naturaleza contribuye a prevenir la aparición de enfermedades de origen zoonótico (que se transmiten de animales a humanos), como el Covid-19. "No olvidemos que sólo invirtiendo en una naturaleza sana podemos proporcionar una base sólida para nuestra recuperación de la pandemia y evitar futuras crisis de salud pública", resaltó Bruno Oberle, director general de la UICN, en un comunicado.