El deporte mexiquense es un referente para el país, gracias a los resultados de sus atletas a nivel nacional e internacional. Pero uno de sus principales motores son los entrenadores, ya sea dentro de la cancha, la pista o el gimnasio. Por ello, la Secretaría de Cultura y Deporte estatal les brinda un reconocimiento por su amplia labor, desde su formación, hasta llevar al alto rendimiento y competencia a los deportistas del Edoméx.
Enrique David Vitela Gutiérrez, uno de los entrenadores de la selección estatal de Taekwondo, inició su camino como formador en 1999. Desde entonces, ha aprendido que más allá del aspecto deportivo, ellos enseñan valores importantes que sirven para muchos aspectos en la vida de sus pupilos.
“Los entrenadores llegamos a formar parte tan importante y crucial en la vida de las personas que entrenan con nosotros, que llega un momento en el que, a veces, nos convertimos en sus confesores, en unos papás secundarios; escuchamos sus problemas y, como en toda familia, hay discrepancias, pero eso nos ayuda a crecer como seres humanos”, afirmó.
“Pienso que somos parte fundamental para la vida de un ser humano, porque podemos coadyuvar en ese reforzamiento de valores, en esa creación de principios como seres humanos. El deporte está ligado al bienestar mental y a la salud emocional, más allá del aspecto físico”, agregó Vitela Gutiérrez.
Es por ello que, sin dudarlo, aseguró que para los formadores es más importante que sus educandos lleguen a ser personas productivas y felices, que obtener una medalla en cualquier competencia: "En la mayoría de los casos, los entrenadores que tenemos esa conciencia de creación de un estilo de vida, estamos preocupados porque sean personas responsables, proactivas, que realmente sean importantes para el entorno dentro del que se desenvuelven”, puntualizó.
Además de ser formador desde las bases, Enrique David es parte del cuerpo técnico de la selección del Estado de México, y una de sus mayores satisfacciones es que sus alumnos hoy son gente productiva exitosa y feliz: “Ellos aprendieron a afrontar retos, a enfrentarse a los cambios, porque consiguieron esos valores a través del deporte”.
Vitela Gutiérrez consideró que la espina dorsal de cualquier atleta de grandes resultados es quien lo inicia en la disciplina, ya que son las bases sólidas técnicas, emocionales, psicológicas, teóricas y de personalidad las que crean el futuro de un atleta. El formador es quien les crea los hábitos, les pone metas a corto plazo que sean tangibles, para que su autoestima se fortalezca y puedan fincar retos más grandes por afrontar, todo con base en el respeto, la responsabilidad y la disciplina.
“El más importante es el formador, no el que los lleva a las medallas, porque si no hubiera existido ese formador no llega a ningún lado. Si las bases no son sólidas, entonces todo se viene abajo; es como un edificio, si no le pones buenos cimientos, aunque esté muy bonito y lo hayas creado enorme, va a llegar el momento en que se caerá”, explicó.