La cifra todavía es superior a los 2 grados centígrados que plantea el Acuerdo de París, pero es 0.2 grados inferior con respecto al último estudio elaborado por CAT en diciembre del año pasado.
Por primera vez, científicos de ambas casas de estudio utilizaron impresoras 3D y una nueva técnica de bioimpresión para imprimir algas en un material capaz de realizar fotosíntesis, que puede utilizarse en los sectores médico, energético y de la moda.
Sin los bosques, que ejercen como "pulmones" del planeta al absorber entre 25 y 30 por ciento de los gases de efecto invernadero emitidos por el hombre, el calentamiento sería mayor.
Los glaciares son masas de hielo presentes en la Tierra, que pueden ser desde casquetes de hielo continental, como la Antártida, hasta los de montaña, como los que se encuentran en el Pico de Orizaba, en Veracruz.
Los océanos funcionan como sumideros de carbono, es decir, son depósitos naturales que absorben el CO2. Cuanto más de este gas se emite a la atmósfera, mayor cantidad absorben los océanos, detalla la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Los compromisos están enmarcados en el Acuerdo de París, un instrumento internacional con el objetivo de mantener el aumento de la temperatura del planeta por debajo de los 2 grados centígrados durante este siglo, con respecto a los niveles previos al inicio de la Revolución Industrial.
Se trata del primer instrumento en América Latina y el Caribe jurídicamente vinculante que garantiza los derechos de las personas que defienden el medio ambiente.
Activistas, pescadores y académicos de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) lanzaron una petición en la plataforma Change.org para que el Gobierno de México se ocupe de la restauración ecológica de este ecosistema, ubicado en la frontera entre Michoacán y Guanajuato.
Durante la presentación del "Informe sobre el Estado del Clima Mundial en 2020", elaborado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el funcionario enfatizó que los últimos seis años han sido los más cálidos en los registros históricos.
La superficie de bosque que perdió la Amazonia el año pasado es superior a la extensión de El Salvador. Con respecto al 2019, la pérdida creció 17 por ciento.