Con tres habitaciones y un área habitable de 43 metros cuadrados, la casa Prvok od Burinky será construida capa por capa utilizando un brazo robot rescatado de la industria automotriz, el cual depositará un concreto con una fórmula especial, hecha de fibras de nanopolipropileno, plastificantes y aceleradores de fraguado mezclados, a una velocidad de 15 cm por segundo; las paredes se imprimirán con capas internas y externas, y el centro se rellenará con material aislante.
La estructura será impresa entre 24-48 horas (este concreto tendrá la dureza estándar de los cimientos de la casa) y tardará unos 28 días en solidificarse por completo, hasta el punto en que será tan fuerte como un puente.
Sus características autosuficientes y ecológicas incluyen un techo verde, una ducha de recirculación y depósitos para beber, servicios públicos y alcantarillado. Como dato asombroso, se espera que la casa flotante impresa en 3D tenga una vida útil de al menos 100 años, sin importar el medio ambiente a su alrededor. Cuando caduque, el material de construcción podrá ser aplastado y reimpreso, es decir, reciclado.
El diseño constará de tres habitaciones: una sala de estar con cocina, un dormitorio y un baño. La casa también está diseñada para ser parcialmente autosuficiente y es adecuada para viviendas durante todo el año. Según afirma la compañía, la carcasa impresa de la casa es tres veces más resistente que el hormigón tradicional.
La construcción de casas impresas en 3D lleva intentando despegar desde hace varios años, pero todavía está en una etapa embrionaria. Además de la rapidez con que permite la construcción de estructuras, en última instancia, también debe ser superflexible en términos de planos de planta personalizados y diseños exteriores, siempre y cuando no importe el aspecto en capas. Así que veremos cómo avanza esta apuesta tan interesante.