De acuerdo con Guy Crosby, profesor de nutrición de la Escuela de Salud Pública TH Harvard, todo se reduce a lo que sucede con los receptores de sabor en nuestras papilas gustativas.
En pocas palabras, un compuesto en la pasta de dientes llamado lauril sulfato de sodio (SLS) altera la forma en que procesamos ciertos sabores, al menos temporalmente.
Durante un cepillado enérgico, la pasta de dientes burbujea y crea espuma en la boca. Esto sucede porque incluye el compuesto mencionado anteriormente, que actúa como “detergente” en los dientes.
El SLS también se encuentra en productos que burbujean o hacen espuma, incluidos los destinados al cuidado personal, como la crema de afeitar.
Estudios han demostrado que el SLS afecta la capacidad de nuestros receptores gustativos, haciéndolos más susceptibles a los sabores amargos y reduciendo la cantidad de sabores dulces.
Las naranjas son ligeramente amargas, gracias al ácido cítrico, pero ese sabor generalmente se ve oscurecido en el jugo por el azúcar extra.
Según la American Chemical Society, el SLS no sólo suprime nuestros receptores de dulzura, sino que también elimina los fosfolípidos, compuestos que obstaculizan nuestros receptores de amargura.
Todo esto esencialmente significa que tu jugo de naranja tendrá un sabor aún menos dulce y más amargo.