Un Airbus A330 es el avión más grande en ser reciclado, fue hundido en la Bahía de Saros, en el noroeste de Turquía, y se espera que se convierta en una atracción para el turismo de buceo.
Para lograr esta hazaña, se necesitaron cuatro horas para hundir la aeronave que pesa 90 toneladas.
Una empresa energética pagó los costes del traslado, el cual consistió en llevarlo en grandes botes de goma hasta el lugar donde fue sumergido. Una vez en el lugar, los barcos fueron desinflados para permitir que el avión se hundiera hasta una profundidad de 30 metros.
Esta no es la primera vez que un avión es hundido para crear arrecifes artificiales. Pero no todos los arrecifes artificiales son buenos para el medio ambiente.
En 1972, autoridades lanzaron al mar alrededor de Florida, EE. UU., 700 mil neumáticos viejos, en ese entonces se pensó que sería bueno para los peces y otras especies marinas.
Además, representaba una solución práctica frente al hecho de que los neumáticos no podían reciclarse en esos días. Sin embargo, el plan no funcionó, las llantas lavaron los fondos oceánicos y comenzaron a dañar la vida marina natural en lugar de ayudarla.
Buzos han pasado años tratando de limpiar los neumáticos que se dejaron allí.