Cómo tuvo lugar anteriormente -el origen de la vida- y con qué frecuencia podría suceder, son preguntas planteadas como un enigma a resolver en nuestro tiempo.
Para ayudar a responder estas cuestiones, un nuevo estudio combinó modelos biológicos y cosmológicos, concluyendo que los componentes básicos para la vida podrían formarse de manera espontánea en el universo, mediante abiogénesis.
El origen de la vida a través de la abiogénesis sigue siendo un gran misterio para la ciencia.
El trabajo de este grupo de científicos liderados por Tomoroni Totani, como casi todos los trabajos previos acerca de este tema, analiza los componentes básicos de la vida en la Tierra: el ARN o ácido ribonucleico. El ADN establece las reglas sobre cómo toma forma la vida de los seres individuales, y es mucho más complejo que el ARN. Su simplicidad, en comparación con el ADN, eleva las probabilidades de que ocurra a través de la abiogénesis.
Existe la teoría evolutiva de que, aunque el ADN lleva las instrucciones para construir un organismo, es el ARN el que regula la transcripción de las secuencias de ADN; es la evolución basada en ARN, y afirma que este está sujeto a la selección natural darwiniana, y también es heredable. Esa es una de las razones por las que escoger ARN antes que ADN. "Se trata de una molécula mucho más simple y esencial que el ADN -más famoso-, que define cómo nos unimos", explica Totani.
El ARN es un polímero, lo que significa que está hecho de cadenas químicas conocidas como nucleótidos. Dado el tiempo suficiente, los nucleótidos pueden conectarse espontáneamente para formar ARN con las condiciones químicas correctas y formar una cadena para cumplir con el requisito de longitud. La pregunta es ¿ha habido suficiente tiempo en la vida del universo? Estando nosotros aquí, la respuesta parece ser que sí.
Según el estudio, "las estimaciones actuales sugieren que el número mágico de 40 a 100 nucleótidos no debería haber sido posible en el volumen de espacio que consideramos universo observable. Sin embargo, hay más en el universo que lo observable", afirma Totani.
Lo importante aquí es el término 'universo observable'.
En la cosmología contemporánea, está aceptado que el universo experimentó un período de inflación rápida que produjo una vasta región de expansión más allá del horizonte de nuestra capacidad de observación directa, donde nuestro universo observable sólo contiene 1 022 estrellas. Estadísticamente hablando, la materia en tal volumen sólo debería ser capaz de producir ARN de aproximadamente 20 nucleótidos.
Pero gracias a la rápida inflación, el universo puede contener más de 10 100 estrellas, y si este fuera el caso, entonces las estructuras de ARN más complejas y que sostienen la vida son sumamente probables, prácticamente inevitables, incluso si las posibilidades son infinitamente pequeñas.