Un estudio publicado en Physical Review D., dirigido por investigadores de la Universidad de Cambridge, construyó un modelo físico para ayudar a explicar los resultados, que pueden haberse originado a partir de partículas de energía oscura producidas en una región del Sol con fuertes campos magnéticos, aunque se requerirán experimentos futuros para confirmar esta explicación.
Los investigadores dicen que su estudio podría ser un paso importante hacia la detección directa de energía oscura.
Todo lo que nuestros ojos pueden ver en los cielos y en nuestro mundo cotidiano, desde lunas diminutas hasta galaxias masivas, desde hormigas hasta ballenas azules, constituye menos del 5% del universo. El resto está oscuro. Aproximadamente el 27% es materia oscura, la fuerza invisible que mantiene unidas a las galaxias y la red cósmica, mientras que el 68% es energía oscura, lo que hace que el universo se expanda a un ritmo acelerado.
"A pesar de que ambos componentes son invisibles, sabemos mucho más sobre la materia oscura, ya que se sugirió su existencia ya en la década de 1920, mientras que la energía oscura no se descubrió hasta 1998", dijo en un comunicado el doctor Sunny Vagnozzi del Instituto Kavli de Cosmología de Cambridge, el primer autor del artículo.
Así, los experimentos a gran escala como XENON1T (instalado en el subsuelo bajo las montañas de los Apeninos) han sido diseñados para detectar directamente la materia oscura, mediante la búsqueda de signos de que la materia oscura 'golpee' la materia ordinaria, pero la energía oscura es aún más esquiva.
Para detectar la energía oscura, los científicos generalmente buscan interacciones gravitacionales: la forma en que la gravedad arrastra los objetos. Y en las escalas más grandes, el efecto gravitacional de la energía oscura es repulsivo, aleja las cosas unas de otras y acelera la expansión del Universo.