Hasta ahora, se creía que el agujero negro más cercano a la Tierra estaba a 1.560 años luz. Pero un nuevo estudio sugiere que podría haber uno a tan solo 150 años luz.
El estudio, publicado recientemente por la Royal Astronomy Society, propone que el cúmulo estelar de las Híades, podría contener 2 o 3 agujeros negros en su interior.
El cúmulo de Híades es una agrupación abierta de aproximadamente 200 estrellas visible desde la Tierra. Investigaciones recientes indican que está compuesto principalmente por estrellas jóvenes que se formaron a partir de la misma nube de gas y polvo, hace unos 600 millones de años.
Gracias al satélite Gaia de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés), que fue lanzado al espacio en 2013, los astrónomos han podido generar extensos mapas cósmicos de las estrellas en el universo visible.
Simulaciones gracias al satélite Gaia
Con estos datos un equipo de Científicos de la Universidad de Padua (Italia) y de la Universidad de Barcelona (España) pudieron crear simulaciones para seguir el movimiento y la evolución de todas las estrellas del cúmulo. Así llegaron a la conclusión que la posición actual de las estrellas solo es posible bajo la influencia gravitacional de los agujeros negros.
"Nuestras simulaciones sólo pueden coincidir simultáneamente con la masa y el tamaño de las Hyades si algunos agujeros negros están presentes en el centro del cúmulo en la actualidad (o hasta hace poco)", afirma Stefano Torniamenti, investigador postdoctoral de la Universidad de Padua y primer autor del artículo.
Las propiedades actuales del cúmulo de las Híades solo era reproducible al incluir el efecto dos o tres agujeros negros en las simulaciones. No obstante, los investigadores también dieron cabida a la posibilidad de que los agujeros se encontraran cerca del cúmulo y habrían posiblemente sido "expulsados".
Consecuencia de una supernova
Los agujeros negros de origen estelar se crean como consecuencia de la supernova, la muerte explosiva de estrellas masivas al final de su vida. Cuando agotan el combustible nuclear en su interior, la masa de la estrella colapsa sobre sí misma, comprimiéndose cada vez más, hasta convertirse en un objeto tan denso que ni siquiera la luz puede escapar a su atracción gravitatoria.
Como los agujeros negros no pueden observarse directamente con la tecnología actual, su presencia suele inferirse estudiando su efecto sobre otra materia cercana.
La NASA estima que tan solo en nuestra galaxia deben existir unos 100 millones de agujeros negros generados por explosiones de supernova.
Fuente: DW / ies (Euronews, Space.com)