La tala clandestina se ha convertido en uno de los principales delitos que afectan a los municipios del Estado de México, y Huixquilucan no es la excepción. Grupos de talamontes han tomado el control de las zonas boscosas, amedrentan a los vecinos y han superado a las propias autoridades.
En un acto de desafío, supuestos talamontes incendiaron una patrulla de la Secretaría de Seguridad Estatal, con la aparente intención de intimidar a las fuerzas del orden y frenar los operativos en su contra.
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Los habitantes de la zona han expresado su indignación y frustración ante la falta de apoyo de las autoridades municipales, señalando que estas han sido superadas y prácticamente controladas por los delincuentes.
“Aquí mandan los talamontes. La autoridad municipal solo es un adorno porque, cuando debe actuar, prefiere hacerse a un lado”, denunciaron vecinos afectados.
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A pesar de la intervención de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, la Guardia Nacional y la Secretaría de Seguridad Estatal, la tala ilegal continúa. Todos los días, los habitantes observan camiones cargados con troncos que transitan sin que nadie los detenga.
Los bosques de Huixquilucan, considerados el principal pulmón de la región, están en riesgo de desaparición. Los pobladores temen que, si la tala clandestina no se frena, el municipio perderá su fuente de oxígeno limpio y biodiversidad.
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Ante la falta de resultados, los ciudadanos han exigido operativos contundentes y efectivos para desmantelar las redes de tala ilegal. De lo contrario, advirtieron que tomarán medidas por su cuenta para proteger su territorio.