“Ya es un sueño convertido en realidad”, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador en la inauguración de la mega refinería conocida como Dos Bocas, pero oficialmente llamada Olmeca, acompañado del presidente ejecutivo de Pemex, Octavio Romero Oropeza, y la secretaria de Energía, Rocío Nahle.
“Vamos a poder procesar 340 mil barriles de petróleo (...) quiero subrayar que este fue el mejor sitio porque ya es de una terminal de Pemex, aquí llega todo el petróleo de tierra y de agua somera de Tabasco y de Campeche, llegan 1 millón de barriles diarios”, señaló AMLO, desde Paraíso.
El presidente López Obrador se comprometió a construir la instalación en su estado natal de Tabasco como parte de una campaña para devolver a Pemex su antigua gloria y hacer que México se vuelva autosuficiente en combustible.
El presupuesto inicial del proyecto era de 8 mil millones de dólares y López Obrador consideró que las ofertas externas para construir la instalación eran demasiado costosas, mientras que algunos postores sugirieron que el proyecto no podría realizarse para el objetivo de 2022 del gobierno. Como resultado, AMLO encargó a la estatal petrolera y la Secretaría de Energía que completaran el trabajo dentro de un ambicioso plazo de tres años.
Después de un período de gasto insuficiente debido a la pandemia, los costos aumentaron considerablemente debido a una serie de nuevos contratos para cumplir con la fecha límite de finalización de la construcción en julio para que pueda alcanzar la producción total en seis meses.
De acuerdo con especialistas consultados por Bloomberg, el valor de los contratos para obras de construcción hasta 2024 firmados por la Secretaría de Energía de México aumentó a más de 14 mil millones de dólares en mayo.
La refinería tendrá capacidad para procesar 340 mil barriles diarios de crudo, lo que sumaría cerca de 20 por ciento a su actual capacidad de refinación en México. Los miembros de la industria y los analistas de energía ya cuestionaban la capacidad de Pemex para aumentar la producción de combustible dada la disminución de la producción de petróleo para sus refinerías, la falta de mantenimiento de la planta y una gran carga de deuda, que es la más alta de cualquier compañía petrolera.
Fuente: El Financiero