El Tren Maya, una de las obras insignia del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, lleva un retraso de al menos cinco meses debido a la burocracia existente y a fallas geológicas, según reveló este viernes el director general del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), Rogelio Jiménez Pons.
“Esos trámites nos han complicado cinco meses de retrasos. El burocratismo de Semarnat (Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales), Sedatu (Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano) y Conagua (Comisión Nacional del Agua) han retrasado el avance", explicó Jiménez Pons durante una visita de trabajo a las obras del Tren Maya.
Otro factor de retraso se ha dado durante los trabajos en el subsuelo, pues se han tenido que nivelar varios tramos entre tres y seis metros, pues a consecuencia del cambio climático se detectaron irregularidades en los terrenos.
“Es increíble ver que en las fallas geológicas de suelo hay una diferencia de hasta seis metros entre el terraplén y las viejas vías”, subrayó Jiménez Pons.
El Tren Maya, que debería estar listo para finales de 2023, es un proyecto prioritario de López Obrador con una inversión de alrededor de 200.000 millones de pesos (unos 9.300 millones de dólares) para construir cerca de 1.554 kilómetros en los cincos estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
A finales de octubre, Jiménez Pons informó al Senado que el costo de la obra había crecido en 60.000 millones de pesos (unos 2.800 millones de dólares) hasta los 200.000 millones de pesos (unos 9.300 millones de dólares), debido al aumento de tramos de doble vía, su electrificación y a un mayor número de estaciones.