Autoridades municipales y estatales de diferentes entidades del país comenzaron la semana con medidas más estrictas para tratar de mitigar los contagios de COVID-19.
Desde sumarse al uso obligatorio de cubrebocas, hasta penas de prisión para quien no respete el confinamiento domiciliario, las medidas fueron tomadas debido a que los habitantes continúan saliendo durante el inicio de las semanas que, se prevé, serán las más complicadas de la contingencia.
En Cuernavaca, Morelos, el Ayuntamiento "clausuró" con cintas amarillas las bancas de la Plaza de Armas, de donde, incluso, tuvo que retirar a parejas que descansaban en ellas. En Cuautla, el Cabildo aprobó sancionar con 36 horas de cárcel y una multa de 3 600 pesos a quien salga sin comprobar que realizará una actividad esencial.
Algo similar sucederá en todo el territorio de Michoacán, donde el gobernador anunció que quien esté en las calles sin que sea necesario, será arrestado.
En Oaxaca, el mandatario Alejandro Murat anunció que el uso de cubrebocas será obligatorio a partir de este lunes en espacios y transporte públicos, aunque se han registrado aglomeraciones para trámites bancarios y cobros de ayudas estatales en las que la gente ignoró la medida.
En tanto, el objetivo de Hidalgo no son las personas, sino las empresas, las cuales podrán ser sancionadas con multas de entre 21 720, hasta 434 400 pesos si siguen laborando sin pertenecer al rubro de actividades esenciales, según un comunicado de la Secretaría de Hacienda estatal.