El gobierno británico fue acusado el domingo de no tomarse en serio la ola de calor que azotará el país a partir del lunes, pese a las advertencias del sector sanitario y de los meteorólogos.
Las autoridades británicas emitieron por primera vez una alerta nacional por calor extremo. Esta alerta "roja" implica un "riesgo para la vida", según la oficina meteorológica.
Ante la ola de calor, Dominic Raab, adjunto al primer ministro, Boris Johnson, pidió respetar algunos "consejos de sentido común".
"Manténgase hidratado, evite el sol en las horas más calurosas y póngase protección solar, ese tipo de cosas", dijo en Sky News.
Pero también dijo que era necesario "disfrutar del sol" y que el país era lo suficientemente resistente como para soportar el calor. No hay razón para que las escuelas cierren, sostuvo.
Los comentarios provocaron incomodidad entre los profesionales de la salud y los meteorólogos.
"No es un bonito día de sol en el que puedas ponerte crema solar, salir a nadar o comer fuera", advirtió Tracy Nicholls, responsable del Colegio de Paramédicos.
"Se trata de un calor severo que, de hecho, podría provocar muertes porque es demasiado feroz", añadió. "No estamos preparados para ese tipo de calor en este país", subrayó.
El ministro de Transportes, Kit Malthouse, advirtió de que habrá "importantes perturbaciones" en el sector. Por su parte, el alcalde de Londres, Sadiq Khan, aconsejó a los ciudadanos que usen el transporte público sólo si es "absolutamente necesario".
Las temperaturas podrían superar los 40 ºC en Londres por primera vez. El récord de temperaturas en el Reino Unido se alcanzó el 25 de julio de 2019, cuando el mercurio llegó a los 38.7 ºC en Cambridge, al este de Inglaterra.
Fuente: El Economista