Luego de tres semanas de un nuevo confinamiento, los franceses han recibido este martes un ligero alivio en las medidas restrictivas. El presidente galo, Emmanuel Macron, ha anunciado el plan para una lenta desescalada de la segunda reclusión, que arrancará este sábado con la apertura de las tiendas, para dar un impulso a la economía de cara a la temporada navideña. Además, librerías y tiendas de discos también podrán volver a abrir sus puertas, aunque todos tendrán que hacerlo con "medidas de seguridad muy estrictas".
"Hemos frenado la circulación del virus", dijo ayer el líder francés a sus compatriotas, tras asegurar que "el pico de la segunda ola ha pasado". Sin embargo, Macron pidió a los franceses, que desde este fin de semana también podrán ejercitarse al exterior durante tres horas, que eviten al máximo posible situaciones que favorezcan la propagación del COVID-19 y las aglomeraciones.
"Es necesario continuar con nuestros esfuerzos. Hay que hacer todo lo posible para evitar un tercer confinamiento", remarcó. Por ese motivo, el plan de desescalada francés no contempla la apertura de bares, restaurantes ni gimnasios hasta el 20 de enero, siempre que "el número de casos por día descienda de 5 000", señaló Macron.
Antes, el 15 de diciembre, habrá una parada intermedia en la desescalada que permitirá levantar el confinamiento con la imposición de un toque de queda desde las 9 de la noche, hasta las 7 de la mañana, así como la apertura de espacios culturales como cines, teatros y museos.
De cara a las fiestas navideñas, el Gobierno francés permitirá a sus ciudadanos circular sin restricciones las noches del 24 y 31 de diciembre, pero las aglomeraciones en la vía pública continuarán prohibidas durante todo el periodo navideño.
Mientras tanto, la situación sanitaria en Francia continúa mejorando lentamente. Durante la semana pasada, el número de positivos de media cayó a 20 000, frente a los más de 60 000 que registrados a comienzos de noviembre, según datos anunciados por Macron. El número de hospitalizados también ha descendido hasta 30 600, desde los 33 500 registrados hace una semana, aunque el país ha sobrepasado hoy la barrera psicológica de los 50 000 muertos desde que dio inicio la pandemia.
Sobre la vacuna, el presidente galo espera que las primeras vacunaciones lleguen "desde finales de diciembre o a inicios de enero", con las personas de mayor edad como prioritarias, aunque subrayó que no serán obligatorias.